¿Qué sucede al morir? - 3ra parte
La promesa de Vida Eterna
Pero, a los justos no se le ha prometido la vida eterna?
Juan 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida. 28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 Y los que hicieron bien, saldrán á resurrección de vida; mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación Juan 6:39 Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. Juan 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; 28 Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. 2 Timoteo 4:1 Requiero yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino.
En la Segunda Venida que es cuando los justos recibirán la inmortalidad, pero no lo tienen antes. Aquí hay una promesa de vida eterna.
1 Juan 2:25 Y esta es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna. Hebreos 9:14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo? 15Así que, por eso es mediador del nuevo testamento, para que interviniendo muerte para la remisión de las rebeliones que había bajo del primer testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
Aquí, en el verso 14, el Espíritu Santo es el espíritu eterno. El verso 15 dice que Jesús murió para redimirnos de nuestros pecados, para que podamos recibir la vida eterna prometida. Nosotros no recibimos la vida eterna hasta ser juzgado y declarados justos, lo cual sucede en la Segunda Venida. Hasta entonces, tenemos la promesa de vida eterna.
Romanos 2:6 El cual pagará á cada uno conforme á sus obras: 7 A los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, la vida eterna. 8 Mas á los que son contenciosos, y no obedecen á la verdad, antes obedecen á la injusticia, enojo é ira; Apocalipsis 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. Apocalipsis 22:12 Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar á cada uno según fuere su obra. 13 Yo soy Alpha y Omega, principio y fin, el primero y el postrero. 14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.
Buscamos la inmortalidad, pero no lo tenemos aun. Sólo los Redimidos lo recibirán en el regreso de Cristo y de Dios mismo, mediante el acceso al Árbol de la vida. Los que no aceptan a Cristo como Salvador sin embargo, no recibirán acceso al árbol de la vida, por lo que la inmortalidad no será posible para ellos. No van a vivir para siempre, ellos perecerán, y dejarán de existir.
La Esperanza de la Resurrección
Continuamente las iglesias proclaman la importancia fundamental de la resurrección de Jesús a la fe cristiana, y con razón, porque si Cristo no resucitó de entre los muertos, nuestra fe en vano, ya que la Escritura hace muy clara:
1 Corintios 15:12Y si Cristo es predicado que resucitó de los muertos ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13 Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó: 14Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15Y aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él haya levantado á Cristo; al cual no levantó, si en verdad los muertos no resucitan. 16Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. 17Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados. 18Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos. 19Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres. 20Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 21Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. 23Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Pablo está enseñando aquí que la resurrección de los muertos es un punto fundamental para el cristiano, porque si no hay resurrección de los muertos nuestra fe es totalmente en vano. Pero, ¿por qué Pablo diría esto, si al morir continuó viviendo en forma de espiritual y consciente en el cielo (como es enseñado por la mayoría de las iglesias cristianas)? Esto carece de sentido. Pablo está diciendo que sin la resurrección, los muertos dejarían de existir para siempre de manera absoluta. La muerte sería definitiva, un final completamente inútil y sin esperanza. Pablo claramente puso su esperanza en la promesa de una resurrección de la tumba, que dice que sucederá en la segunda venida de Cristo.
Filipenses 3:8-11 Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar á Cristo, 9Y ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10A fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad á su muerte, 11Si en alguna manera llegase á la resurrección de los muertos.
De nuevo, Pablo discutió la resurrección con la iglesia de Tesalónica:
1 Tesalonicenses 4:13-18 Tampoco, hermanos, queremos que ignoréis acerca de los que duermen, que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él á los que durmieron en Jesús. 15Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros á los que durmieron. 16Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero: 17Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Por tanto, consolaos los unos á los otros en estas palabras.
Los tesalonicenses estaban afligidos por los muertos, y temían que debido a que estaban muertos, se habían ido para siempre y sin esperanza de salvación. Pablo no consuela a los Tesalonicenses diciendo a los espíritus inmortales de sus seres queridos muertos ya están felizmente en el cielo en la presencia del Señor. Pablo responde que así como Jesús fue resucitado de entre los muertos, aquellos que han muerto en la fe serán resucitados en Su regreso, luego para siempre estar con el Señor. Y Pablo hace hincapié en que la resurrección de los justos muertos precede a los santos vivos siendo arrebatados al Señor en las nubes. Pablo claramente reafirma la esperanza de la resurrección a la iglesia de Tesalónica, y no la inmortalidad del alma.
La resurrección de Jesucristo demuestra que para los que tienen fe en él, incluso el poder de la muerte puede ser superado por la fe:
Juan 11:21 Y Marta dijo á Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no fuera muerto; 22 Mas también sé ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te dará Dios. 23 Dícele Jesús: Resucitará tu hermano. 24 Marta le dice: Yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero. 25 Dícele Jesús: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Lázaro estaba muerto, en la tumba por cuatro días. Marta sabía que Lázaro no estaba en el cielo durante los últimos cuatro días. Guardo duelo por su hermano y ella sabía que Lázaro estaría allí, muerto, hasta que hasta la Resurrección. Jesús le dijo que él era el Dador de vida, que él tenía poder sobre la tumba, y de inmediato podría resucitar a su hermano de la muerte, porque ser el Hijo de Dios, el Cristo. La esperanza de la Resurrección, que Jesús puede y va a derrotar el poder de la tumba, es la promesa fundamental del cristianismo, la piedra angular de fe cristiana:
Salmo 49:15 Empero Dios redimirá mi vida del poder de la sepultura, Cuando me tomará. (Selah.)
Juan 6:39 Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. 44 Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Romanos 6:5 Porque si fuimos plantados juntamente en él á la semejanza de su muerte, así también lo seremos á la de su resurrección: 6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fué crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, á fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que es muerto, justificado es del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñoreará más de él. 10 Por que el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir, á Dios vive. 11 Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
1 Pedro 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 Para una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos 5 Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo.
1 Corintios 15:51 He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos transformados. 52 En un momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad. 54 Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces se efectuará la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?
Apocalipsis 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Acerca de Mateo 22:23-32, Marcos 12:19-27, y Lucas 20:27-38
Los saduceos (que no creían en la resurrección) le presentan a Jesús un caso hipotético de una mujer que enviudó y se casó con siete hermanos consecutivos como esposos según la tradición hebrea:
Marcos 12:18 Entonces vienen á el los Saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo: 19 Maestro, Moisés nos escribió, que si el hermano de alguno muriese, y dejase mujer, y no dejase hijos, que su hermano tome su mujer, y levante linaje á su hermano. 20 Fueron siete hermanos: y el primero tomó mujer, y muriendo, no dejó simiente; 21 Y la tomó el segundo, y murió, y ni aquél tampoco dejó simiente; y el tercero, de la misma manera. 22 Y la tomaron los siete, y tampoco dejaron simiente: á la postre murió también la mujer. 23 En la resurrección, pues, cuando resucitaren, ¿de cuál de ellos será mujer? porque los siete la tuvieron por mujer. 24 Entonces respondiendo Jesús, les dice: ¿No erráis por eso, porque no sabéis las Escrituras, ni la potencia de Dios? 25 Porque cuando resucitarán de los muertos, ni se casarán, ni serán dados en casamiento, mas son como los ángeles que están en los cielos. 26 Y de que los muertos hayan de resucitar, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? 27 No es Dios de muertos, mas Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.
Fíjese que tanto la pregunta de los saduceos, como la respuesta que Jesús, tratan con lo qué sucederá después de la resurrección. Si como gran parte del cristianismo, enseña, las personas irían inmediatamente al cielo después de morir entonces la conversación habría sido con respecto a los recién muertos y no acerca de los que han de resucitar en el futuro. Ahora fíjese que Jesús reprende a los saduceos por no saber la enseñanza de las Escrituras, o el poder de Dios con respecto a la resurrección de los muertos. ¡Jesús está afirmando que efectivamente, habrá una resurrección de la muerte, que hay victoria sobre la muerte!
El versículo 26, sin embargo, no prueba que Abraham, Isaac y Jacob están vivos en el cielo, sino más bien, a causa de su fe, serán resucitados y serán recompensados con la vida eterna, algo que los saduceos rechazaban (verso 18). Jesús comienza con el versículo 26 y entonces pasa a presentar a Abraham, Isaac y Jacob como principales ejemplos de los que se levantarán de los muertos, a pesar de las falsas creencias de los saduceos. Los saduceos rechazaban la resurrección de los muertos, y Jesús en el versículo 27 dice que Dios no va a ser el Dios de los muertos y enterrados, pero el Dios de vivos, de quienes resucitan.
Acerca de Hechos 2:29-34
29 Varones hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que murió, y fué sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta del día de hoy. 30 Empero siendo profeta, y sabiendo que con juramento le había Dios jurado que del fruto de su lomo, cuanto á la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono; 31 Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fué dejada en el infierno, ni su carne vió corrupción. 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 34 Porque David no subió á los cielos; empero él dice: Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra, 35 Hasta que ponga á tus enemigos por estrado de tus pies. 36 Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que á éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios ha hecho Señor y Cristo.
El Rey David no está en el cielo. Según el verso 34, David todavía está muerto, aún en la tumba. Mientras que él vivía, David habló de la resurrección de Jesus, y dijo que Jesús no se quedaría en la tumba, más bien, Dios resucitaría a Jesús de entre los muertos y Jesús sería exaltado como Señor y Cristo. Esta es la victoria sobre la muerte y la tumba que Jesucristo nos ofrece, si vamos con fe a él. Pero la vida eterna es algo que recibiremos después de nuestra resurrección, y no antes:
Apocalipsis 22:12 Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar á cada uno según fuere su obra. 13 Yo soy Alpha y Omega, principio y fin, el primero y el postrero. 14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.
No tenemos acceso al árbol de la vida y la vida eterna hasta después de la segunda venida, cuando los justos serán resucitados.
Acerca de 1 Pedro 4:1-6
1 Pues que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también estad armados del mismo pensamiento: que el que ha padecido en la carne, cesó de pecado; 2 Para que ya el tiempo que queda en carne, viva, no á las concupiscencias de los hombres, sino á la voluntad de Dios. 3 Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos hecho la voluntad de los Gentiles, cuando conversábamos en lascivias, en concupiscencias, en embriagueces, abominables idolatrías. 4 En lo cual les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfrenamiento de disolución, ultrajándoos: 5 Los cuales darán cuenta al que está aparejado para juzgar los vivos y los muertos. 6 Porque por esto también ha sido predicado el evangelio á los muertos; para que sean juzgados en carne según los hombres, y vivan en espíritu según Dios.
Esto no se refiere a predicar a los muertos en la tumba en el sentido físico. En contexto se habla de predicar a los incrédulos, los que están espiritualmente muertos, para que ellos también puedan escuchar y creer el mensaje del Evangelio. Otro ejemplo de esto se encuentra en el libro de Juan:
Juan 5:25 De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios: y los que oyeren vivirán.
En ese momento, Jesús estaba hablando de las personas que le oían. En esa multitud, los que estaban espiritualmente muertos y creyeron en su palabra, heredarían la vida eterna. Esto es exactamente lo que 1 Pedro 4:6 dice. Hasta la resurrección, sin embargo, aquellos en la tumba nada oyen o hacen.
Eclesiastés 9:5 Porque los que viven saben que han de morir: mas los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. Eclesiastés 9:10 Todo lo que te viniere á la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría.
El momento llegará, sin embargo, cuando Jesús hablará a los muertos en sus tumbas:
Juan 5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 Y los que hicieron bien, saldrán á resurrección de vida; mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación.
Conclusión
Cuando morimos, quedamos inertes en la tumba - sin pensamientos, sin conciencia, no hay existencia en absoluto hasta nuestra resurrección. En la resurrección de los Redimidos, en el regreso de Cristo, los justos recibirán vida eterna. Esa es la recompensa de la fe.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jesús trae la vida eterna para otorgarla a los fieles en Su regreso, pero no antes. Los que no aceptan a Cristo como Salvador serán consumidos en el lago de fuego (después del Milenio). Cualquier iglesia que enseña lo contrario (que todos, incluso los no arrepentidos, vivirán para siempre) se limita a repetir la primera mentira, dicha en el Huerto del Edén -"No moriréis".