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Autor desconcido
¿Puede encontrar usted los nombres de 26 libros de la Biblia en esta página?
Esto es un reto muy notable. Alguien lo encontró en el bolsillo de asiento en un vuelo de Los Angeles a Honolulu. Casi todos fueron hallados. Un hombre de Illinois, que trabajó bajando cajas de pesca lo hizo también.
Daniel Santiago lo logró mientras compraba ajo. El luego lo mencionó a su hermano Isaías. Una mujer hizo té de sal, mostaza y jengibre para calmar sus nervios. En ocasiones drásticas, podrás ver tu Biblia para buscar nombres.
La verdad es, según los que lo intentan, generalmente un ministro o el predicador de su iglesia lo hará ligeramente. Es posible que no lo hacemos rápidamente por algún defecto en nuestros genes. Isabel lo hizo en su viaje a Roma. No sabemos quien compuso esto, pero los hechos hablan por sí solos. Aquellos que lo hacen oirán las lamentaciones de quienes no lo resuelven.
No se confundan con nombres de personas famosas de Las Santas Escrituras como Aser, Jacobo, Pablo, Lot, Moisés o Ezequías. Para ti que lees tu Biblia, a ti todos los nombres deben aparecer.
Algunos nombres son fáciles de ver como Filipenses y Filemón, pero pensamos que otros no los serán. La persona humilde con rutina de lectura distingue entre profetas y reyes.
Algunas revelaciones pueden ayudar. Los libros como Timoteo y Samuel pueden ocurrir sin sus números. La puntuación o los espacios son normales. Una actitud alegre lleno de alegría y cantares lo ayudará a terminar. Para mí que asombra, o sea su facilidad de esconder nombres. Recuerde, hay 26 libros de la Biblia en acecho en algún lugar en esta página.
Diez hombres habían venido a Jesús cubiertos de lepra. "Y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros." Le habían rogado. El Salvador les dijo: "Id, mostraos á los sacerdotes." cumpliendo así la ley de Moisés sobre la lepra. Indudablemente los diez tenían la suficiente fe para obedecer las palabras de Cristo, pues partieron hacia el templo. "Y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios." Sin duda un milagros poderoso. Su carne, momentos antes pútrida, era ahora suave y sana. Seguramente volverían para dar gracias por la curación , pero sólo uno volvió.
"Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpios? ¿Y los nueve dónde están?" preguntó Jesús. ¿Tan pronto se olvidaron de dar gracias?
Que irónico que un no-judío volvió para darle gracias por su saneamiento al Rey de los Judíos. Ese día él llegó a ser sano y salvo por su inmensa fe en el Hijo del Hombre. Llegó a ser un ejemplo de la gracia que debe habitar en el corazón de los herederos del Cielo.
Aun hoy, la pregunta sigue haciéndose. Cuéntase una vez que un pastor vivó en un activo puerto de mar. Después de un terrible tormenta, clavó en su iglesia un cartel con los nombres de nueve marineros. Sobre los nombres escribió: "Perdidos en el mar". La noticia cundió por toda la ciudad, y uno tras otro los nueve hombres vivnieron a protestar. Después de cada protesta, el pastor tachaba un nombre. En la reunión de esa noche explicó: "Se me pidió que orara por la seguridad de once personas del naufragio del viernes. Sólo dos vinieron a solicitarme que diera gracias por su feliz retorno. Di por sentado que las otras nueve se habían ahogado".
¡Con cuánta frecuencia nos asemejamos a los nueve! Diariamente el Señor nos derrama miles de bendiciones. Nos da vida, salud, comida, techo, empleo, aire para respirar, luz para ver, el cántico de las aves para alegrarnos el día y muchísimas más. Nos cuida de los peligros, visibles e invisibles. Nos levanta del lecho de enfermedad. Nos ofrece las riquezas de la salvación mediante Cristo.
¿Le agradeces todas estas mercedes? ¿Le has dado gracias por este día de vida que vives hoy? ¿Estamos entre los nueve, o somos como aquel samaritano que volvió, lleno de agradecimiento?
En esta cuento hay varios nombres de la Biblia escondidos. Se deben buscar y subrayar. (1 está repetida 3 veces.)
Viajando por Palestina el predicador y yo conocímos al jefe Elijud, ascendiendo a una colina que miraba al mar. Costó poco trabajo buscar su compañía. Es afable con los extraños, pero es drástico en sus órdenes a los esclavos y al oirlo gritales, me sentí mal. "Aquí asciende a otro camino", dijo el guía, pero decidimos seguir con Elijud. Llegamos al mercado. El mendigo gritaba: "Bendito ses tú que das limosna a este pobre viejo. A ti todo te sonríe, socórreme." En otro lugar anexo donde había mas gente, estaba un Fakir haciendo suertes y ejecutando una maroma. Nos detuvimos a verlo, pero la gente nos apretaba y fuimos a otro lado. Pocos hechos vi dignos de contarse, pero a mí, que aspiro a ser escritor, me gusta viajar.
Siguiendo nuestro viaje oimos un galope: dromediarios, caballos y asnos con sus respectivos dueños, formaban una carabana en el desierto. Los cantares de los viajeros nos hacían sentirnos alegres. Entre los peregrinos, venía Aoliab, días antes conocidos por nosotros. En tan alegre compañia, viajamos numerosas personas hasta que llegamos al fin de nuestro viaje.
¡Un cristiano es un frasco de perfume viviente! "Doquiera vaya, gracias a Dios, él hace de mi vida una constante procesión de triunfos en Cristo, que difunde el perfume de su conocimiento en todo lugar, por mi. Tenemos este tesoro, el perfume de su conocimiento, en "vasos de barro”. Y estamos para esparcir este perfume doquiera vayamos.
A un niñito se le dió un frasco de perfume. Lo sacó para mostrarlo a sus compañeritos de juegos. Pero antes lo escondió de ellos detrás de su espalda diciendo: "A que no adivinan lo que tengo”. Los chicos se pusieron tan curiosos que allí mismo levantó en alto el frasco sobre su cabeza y exclamó: -Perfume, esto es lo que tengo.
Los muchachitos leyeron cuidadosamente la etiqueta como mejor pudieron: Finalmente uno de ellos dijo: -Esas sólo son palabras. ¿Por qué no quitas el corcho de la botella y te diremos si es verdad o no? Pronto el chico estuvo trabajando con su navajita, y cuando saltó el corcho, los muchachos olieron profundamente y uno de ellos dijo con aire de dar el veredicto final: "Era lo que decía, ¿verdad?" Hay una gran necesidad que todos los cristianos quiten el corcho de la botella y permitan que el mundo respiren la fragancia de la Rosa de Sarón que florece en nuestro corazón.
Alguien puede decir: Yo he sido miembro de la iglesia por muchos años. Mi nombre figura en el libro de la iglesia. Pero eso no es suficiente. El chico dijo de la botella: "Esas sólo son palabras". Tal vez debemos quitar el corcho de la botella y permitir al mundo que huela profundamente y descubra si lo que hay adentro es genuino o no. ¿Florece en tu corazón la Rosa de Sarón?
¿Se acuerda usted cuantos pares de zapatos ha usado durante toda su vida? ¿Cuanto tiempo le duro el ultimo par de zapatos que compró? Seriamos mas que benditos si, usando los mismos zapatos todos Los dias, su duracion llegara a los tres años. Resultan asombrosos las palabras en Deuteronomio 29:5: 'Y yo os he traído cuarenta años por el desierto: vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni tu zapato se ha envejecido sobre tu pie." Ni aun los pies se les hincharon durante esos cuarenta años. Sin lugar a dudas, ésto fue por intervencion milagrosa de parte de Dios.
Este hecho es uno mas increible, cuando tomamos en consideracion los lugares escabrosos, aridos y pedregosos por los cuales el pueblo peregrino. Si estimamos que un israelita caminaba diariamente mil (1000) pasos, habria caminado no menos de quince millones (15,000,000) de pasos en cuarenta años. ¿Tremenda sueta o milagro de Dios? Que diremos de su ropa? Ropa de cuarenta años de vieja, usandola todos los dias y ni siquiera se envejecia. Aquella ropa fue lavada no menos de dos mil cien (2100) veces si promediamos a una lavada por semana.
En el Sermon del Monte Jesús dijo: Y por el vestido ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más á vosotros, hombres de poca fe? " (Mateo 6:28-30). Dios cumpli6 esta promesa en el desierto y la cumplira hoy tambien con nostros.,
Arendí del Arca de Noé que ...