El libro de los Jueces: los primeros 300 años
{ Autor Desconocido }
Ya por fin en su propia tierra, la nación hebrea, en este período de su juventud nacional, no tuvo después de la muerte de Josué un gobierno central fuerte. Más bien era una hermandad o confederación de doce tribus o estados independientes sin otra fuente unificadora que Su Dios.
La forma de gobierno del tiempo de los jueces a menudo se denomina la "Teocracia"; es decir, que Dios mismo regía directamente a la nación. Pero el pueblo no tomaba muy en serio a Su Dios, y a menudo se apartaba de El cayendo en la idolatría. Viviendo más o menos en un estado de anarquía, plagada a veces por guerras civiles, y rodeada de enemigos que hacían intento tras intento de exterminar a los recién llegados, la nación hebrea fue muy lenta en su desarrollo nacional, y no llegó a ser una nación grande sino al ser organizada como reino, en los días de Samuel y de David.
La duración exacta del período de los Jueces es incierta. Los 111 años asignados a las opresiones y 299 a los Jueces y a períodos de reposo, suman 410. Pero algunos de estos períodos coinciden en parte. Jefté, que vivió cerca del final de este tiempo, lo llamó 300 años (11:26). Generalmente se cree que en números aproximados haya sido de 300 años, más o menos de 1400 a 1100 A.C. Desde el Éxodo hasta Salomón, lo que incluye también los períodos en el desierto, de Josué, de Elí, Samuel, Saúl y David, se da en 1 Reyes 6: 1 como 480 años.
"Cada uno hacía lo recto delante de sus ojos." A cada momento se apartaban de Dios para adorar ídolos. Cuando hacían esto, Dios les entregaba en manos de sus opresores; y cuando Israel, en su dolor y angustia, volvía y clamaba a Dios, Él tenía misericordia de ellos y levantaba jueces que les salvaran de sus enemigos. Mientras el juez vivía, el pueblo adoraba a Dios; pero cuando moría, abandonaba nuevamente a Dios para fornicar tras los ídolos. Invariablemente, cuando servían a Dios, prosperaban; y cuando servían a los ídolos, sufrían. Los sufrimientos de Israel provenían directamente de su desobediencia. No se guardaron de los ídolos. No exterminaron a los habitantes de la tierra como se les había ordenado; y de tiempo en tiempo se renovaba la lucha por el dominio. Varias veces Israel estuvo cerca del exterminio, cuando Dios Se interpuso.
Al quedarse desprovisto de la protección divina (por su idolatría y abierta rechazo de Dios) los israelíes se vieron acechados varias veces por invasores mesopotámicos del noreste, los filisteos, moabitas, amonitas, madianitas, amalecitas y "orientales" (árabes, 6: 3; 8: 24) . Los moabitas eran descendientes de Lot. Ocupaban la meseta al este del Mar Muerto. Su dios Quemos era adorado con sacrificios humanos. Tuvieron guerras frecuentes contra Israel. Los amonitas eran también descendientes de Lot. Su territorio colindaba con Moab al norte, a partir de unos 50 km. at este del Jordán. Adoraban a su dios Moloc quemando vivos a recién nacidos.
Los amalecitas eran descendientes de Esaú; una tribu nómada, con su centro principal en la parte norte de la península del Sinaí, pero que migraban en círculos amplios aun dentro de Judá y muy lejos al oriente. Fueron los primeros en atacar a Israel al ellos salir de Egipto. Moisés autorizó su exterminio (Éxodo 17: 8-16). Han desaparecido de la historia. Los madianitas eran descendientes de Abraham y Cetura. Su centro principal era al este del monte Sinaí, pero emigraban muy lejos. Moisés había vivido entre ellos 40 años, y se había casado con una madianita. Al comienzo eran amistosos. Con el tiempo, se unieron con los árabes.
Los árabes eran descendientes de Ismael. Arabia era una gran península, 2400 Km. de norte a sur y 1300 de este a oeste, 150 veces el tamaño de Palestina; una meseta que bajaba hasta el desierto sirio al norte, escasamente habitada por tribus nómadas. Era en su mayor parte desierto, con algunos oasis dispersos.
Los filisteos eran descendientes de Cam. Ocupaban la llanura de la costa sobre la frontera suroeste de Canaán. De su nombre se deriva la palabra "Palestina". Samgar, libró a Israel de los filisteos y más adelante reaparecen como opresores de Israel en los días de Sansón. Los madianitas, amalecitas y "orientales" habían invadido el país en tales números y fuerza que durante siete años los israelíes se refugiaban en cuevas, y cavaban escondites para sus granos (6: 2-4, 11). Con un ejército de 300 hombres armados de cántaros y antorchas, y con la ayuda directa de Dios, Gedeón los derrotó en More de tal manera que no volvieron más.
El libro de los Jueces está lleno de milagros. Aparecen ángeles (Cristo en forma angelical) a Gedeón, y a los padres de Sansón. La señal del rocío sobre el vellón. La derrota de los madianitas por Gedeón y sus 300 valientes. Sansón nace de una madre estéril. Sus fuerzas sobrehumanas. Esto muestra que Dios, en Su misericordia, todavía velaba sobre Su pueblo, aun cuando este había caído hasta lo más profundo.
¿Por qué un libro tal en la Biblia? Bueno, es historia y advertencia a la vez. Dios había fundado una nación, con el propósito de preparar el camino para la venida de un Redentor de la raza humana. Dios estaba resuelto a mantener a esa nación. Y a pesar de su idolatría, su debilidad y su maldad, Dios la mantuvo. Si no hubiese sido por caudillos tales como los jueces, y por la ayuda milagrosa de Dios en tiempos de crisis, Israel hubiera sido exterminado.