... Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Mateo 28:19,20

El Don de Lenguas

{ por Miguel Cabán }

Según el movimiento carismático moderno, y algunas iglesias evangélicas, el que no habla en lenguas, no ha recibido "la promesa", es decir, no posee el Espíritu Santo.

Preguntamos, ¿hay tal enseñanza en la Biblia? No hay declaración en ninguna parte de las Escrituras de que el don de lenguas sea evidencia del bautismo del Espíritu Santo.

El Nuevo Testamento registra datos de cristianos que recibieron el Espíritu Santo y ni en un solo texto consigna que hablaron en lenguas. Refirámonos a algunos de ellos:

  • Juan el Bautista - "Porque será grande delante de Dios, y no beberá vino ni sidra; y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el seno de su madre" (San Lucas 1:15,16).

    Juan el Bautista fue "lleno del Espíritu Santo", es decir que recibió la misma bendición de los discípulos en Pentecostés: "fueron llenos del Espíritu Santo" (Hechos 2:4). Sin embargo nunca habló él en lenguas como evidencia del bautismo del Espíritu Santo.

  • Esteban - "Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo..." (Hechos 6:5).

    Aquí encontramos que Esteban era un varón lleno del Espíritu Santo; pero no dice la Escritura que él hablase en lenguas.

  • Bernabé - "Porque era varón lleno del Espíritu Santo y de fe." (Hechos 11:24).

    Reiteradamente se hace alusión a Bernabé, pero no existe un sólo texto bíblico que diga que él hablase en lenguas.

El don de lenguas, es decir de idiomas, no fue dado por ostentación para decir que los que no hablan lenguas no poseen el Espíritu. Debemos aclarar aquí que las lenguas habladas según Hechos 2 eran idiomas regulares ya que fueron entendidos por todos los presentes. "Cómo, pues, le oímos hablar cada uno en nuestra lengua (idioma) en la que hemos nacido?" (Hechos 2:8, 11).

Las lenguas del movimiento glosolático son sonidos inciertos que carecen de sentido. El Espíritu exhorta que no demos un "sonido incierto" (1 Corintios 14:7, 8). Sino que siempre demos "palabra bien comprensible".(1 Cor. 14:9). El hablar una jerigonza o galimatías es algo completamente incomprensible.

En 1 Cor. 12:29,30, San Pablo pregunta: "¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos? ".La contestación es evidente: No, no todos reciben el don de lenguas, o el de ser profetas, así como no todos pueden ser maestros.

El don era "para edificación" (1 Cor. 14:26). Y ahora cabe preguntar ¿a quién edifican las personas histéricas con sonidos que carecen de significado alguno? ¿A quién edifican elevando sus voces hasta lo sumo? ¿A quién edifican las emociones desenfrenadas? Si un cristiano habla en lengua extranjera, en una congregación, no será entendido por los presentes y estaría hablando al "aire" (1 Cor. 14:9).

El apóstol ordena: "Si hablare alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; mas uno interprete. Y si no hubiere intérprete, calle en la iglesia, y hablen así mismo y a Dios".(1 Cor. 14:27,28). Obsérvese claramente que si una persona habla en una lengua extraña que los presentes no pueden entender, debe haber quien interprete el mensaje; si no hay quien traduzca el mensaje, entonces hay que guardar silencio. Los que reclaman poseer este don, no siguen esta regla ya que permiten que muchos hablen a la vez. Es preferible hablar cinco palabras que todos los presentes entiendan y no diez mil "en lengua desconocida" (1 Cor. 14:19).

Al enumerar los dones del Espíritu, San Pablo declara: "Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas" (1 Cor. 12:28). Nótese que en esta lista de los dones del Espíritu, el de lenguas ocupa el último lugar, ¿Por qué en el movimiento glosolálico se concentran en dos: en el don de lenguas y el de sanidad? ¿Por qué no dicen que el que no es maestro o no es profeta no ha recibido la promesa?

En San Sebastián, Puerto Rico hay varias de estas agrupaciones: unos que guardan el sábado; en cambio, otros guardan el primer día de la semana (domingo). Los dos grupos afirman poseer el Espíritu Santo porque tienen el don de hablar en lenguas extrañas. Ahora cabe preguntar: si los dos grupos tienen el mismo Espíritu ¿no puede el Espíritu acabar con la contradicción existente entre ellos?

D. Rodríguez, escribió lo siguiente: "En el Nuevo Testamento encontramos muchas personas que recibieron el Espíritu Santo y en ninguno de los casos cayeron al piso, ni se pusieron a brincar. Veamos por ejemplo, el caso de nuestro modelo, Jesucristo. Según San Mateo 3:13-17 (léalo), El recibió el Espíritu Santo al bautizarse: ni se cayó, ni gritó, ni empezó a brincar o danzar como hacen los cristianos modernos. Se mantuvo tranquilo. El Espíritu Santo vino sobre El para guiarlo en su ministerio; así lo declara San Mateo 4:1.

Otro ejemplo claro qué podernos citar es de Hechos 2:1-4. Ahí se nos menciona el momento en que los apóstoles recibieron el Espíritu Santo. ¿En qué parte de ese capítulo dice que los apóstoles cayeron brincados, danzando, gritando o corriendo eufóricos por el Espíritu que recibieron? En ninguna parte. Lo que empezaron a hacer fue a predicar. El Espíritu Santo los capacitó con el don de poder hablar en otras lenguas o idiomas porque allí había personas que no hablaban el idioma de los apóstoles y ellos debían predicarle a Cristo a esa gante; esto lo evidencia Hechos 2:6, donde dice que "cada uno le oía hablar en su propia lengua", o sea, no eran palabras raras o desconocidas pera los oyentes, no eran jeringonzas, eran palabras reales del idioma de aquel gente. Podemos leer todo el Nuevo Testamento e inclusive el Antiguo y no encontraremos una sola frase que indique que la llegada del Espíritu Santo a la persona la tire al suelo, o la ponga a danzar, o a gritar, o la sacuda con violencia; no señores, El no actúa de esa forma..." (Estudio Comparativo entre la obra del Espíritu Santo y la obra de los espíritus inmundos, págs. 4,5).

Cierta persona, en la ciudad de Arecibo, me decía que cuando un cristiano recibe la promesa del Espíritu Santo comienza a bailar o danzar. Para probar su aseveración me citó 1 Crón. 15:25-29.

"Con esto - dice el escritor R. M. Sánchez - quieren justificar las prácticas de ruido, desorden e irreverencia de sus cultos. Ojalaque puedan consultar a un ministro verdadero del Señor para saber la diferencia notable entre un culto específico dentro de la casa de Jehová y una fiesta de celebración nacional, por el pueblo, en las calles de la ciudad. No es lo mismo comer en un parque con la familia y amigos, que le participar de una cena de bodas. No es lo mismo gritar de alegría en las calles, que gritar por excitación en un templo donde se adora al Creador y donde debe aprenderse mejor su voluntad." (Los Muy Difíciles de Entender, pág. 76,77). Aquellos que favorecen el hablar en lenguas, tipo jeringonza, se aferran al texto de 1 Cor. 14:2, que reza de la siguiente manera: "Porque el que habla en lenguas, no habla a los hombres, sino a Dios; porque nadie entiende, aunque en Espíritu hablen misterios".

"La Escritura -como alguien ha dicho- sencillamente dice que si un hombre habla en la iglesia en una lengua extranjero, Dios le entiende pero no los hombres. Puede decir muchas cosas buenas, pero las mismas no hacen ningún bien a nadie si son dichas en un extraño que las personas presentes no entienden. Puede confortarse a sí mismo; pero no ayudará a la iglesia.

"Esta Escritura no dice y no significa que el don de lenguas en la Biblia quiera decir idiomas conocidos solamente por Dios. El ejemplo del Pentecostés es una clara evidencia de que las lenguas dadas por el Espíritu Santo eran idiomas extranjeros regulares. Y naturalmente, si yo hablase alemán a un auditorio de habla inglesa que no entendiese alemán, hablaría yo a Dios solamente, puesto que la gente no me comprendería. Podría gozarme yo en ello y ser bendecido; pero no bendeciría a otros ni los edificaría". En cuanto a las palabras, "aunque en Espíritu hablen misterios" dice Robetson: "El misterio aquí podría ser el 'misterio' del Evangelio (1 Cor. 2:7,15:51; Efesios 6:19, Col. 1:26, Apoc. 10:7, etc.). Esto lleva el texto a perfecta armonía con la experiencia de Hechos 2 donde los discípulos fueron acusados de estar balbuceando borrachos, pero fueron defendidos por Pedro hablando a los visitantes extranjeros en sus propias lenguas. Ellos, también estaban hablando las maravillosas obras de Dios', el misterio del Evangelio. Ambos, Hechos 2 y 1 Corintios 14 son iguales en este respeto. Dos palabras deben ser vistas claramente en el texto si éste debe ser correctamente entendido:

  1. lengua = idioma extranjero
  2. misterio = Evangelio

(Tongues, pág. 40.).

Un pasaje bíblico que a menudo citan los defensores del hablar en lenguas, tipo de jeringonza, se encuentra en San Marcos 16:17: "Y estas señales seguirán a los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.". Este texto no aparece en el original griego. Las versiones lo incluyen, pero hacen la aclaración de que el texto no está en los manuscritos antiguos. Si Ud., amable lector, lee en San Marcos 16 de la versión Moderna (Pratt), publicada por Sociedades Bíblicas en América Latina, encontrará la siguiente declaración en la nota marginal: "El final del libro, 9-20, no se halla en los MSS. griegos más antiguos.".Y en la Biblia anotada de C. I. Scofield: "Los dos manuscritos más antiguos, el Sinaítico y el Vaticano, no tienen los vs. 9-20."(Nota de Marcos 16>.

Escribió D. Rodríguez en Estudio Comparativo...: "Veamos ahora cómo se manifiesta el Espíritu Santo de Dios y notaremos una gran diferencia. Leamos San Lucas 9:42. Declara el Evangelio que el demonio derribó al muchacho, o sea, lo tumbó al piso; y luego lo despedazó o, como dicen otras versiones "lo sacudió con violencia". Esa es la obra de los demonios: tumbar a las personas y estremecer sus cuerpos. No hay en la Biblia un solo pasaje que diga que el Espíritu Santo de Dios haya tumbado a alguien que lo recibió; El no obra de esa forma, ese es el método de los demonios. Ahora surge una interesante pregunta: ¿Caen al piso los cristianos de hoy que dicen estar reciclando la promesa del Espíritu Santo de Dios? ¡Claro que si! Si quiere cerciorarse, vaya a esas concentraciones de supuestos reavivamientos y allí verá a la gente cayendo al piso y revolcándose por el suelo y corriendo; y oirá a los predicadores decir que están llenos del Espíritu Santo de Dios, cuando lo que están haciendo evidencia de que es otro espíritu, espíritus inmundos de los últimos días. Compare San Lucas 9:42 con lo que se está manifestando hoy en las iglesias y verá que es el mismo espíritu".

"Leamos ahora San Lucas 4:41 para que veamos otra característica de la manifestación de los espíritus de demonios. En este pasaje encontramos el grito como parte de la obra de los espíritus inmundos. Le hago una pregunta: ¿Puede usted presentar un versículo de la Biblia donde diga que el Espíritu Santo se posesionó de alguien y lo puso a gritar? Realmente no hay ni siquiera uno. Sin embargo, vaya a una concentración carismática y allí encontrará gritos y aullidos" (Estudio Comparativo... pág. 3).

He podido notar, en el movimiento que nos ocupa, que ellos no creen en la observancia de los Diez Mandamientos como fruto de la salvación. Sin embargo, el Espíritu Santo conduce al cristiano a que observe los mandamientos de Dios. Así lo dice Ezequiel 36:27: "Y pondré dentro de ellos mi Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos y guardaréis mis derechos, y los pongáis por obra: Nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen" (Hechos 5:32).

El siguiente pensamiento lo cito del tratadito Las Lenguas del Espiritaco:

Hoy día se repite la historia de Corinto en muchas congregaciones cristianas. El Espíritu Santo ha sido suplantado con una falsificación producida por el Espiritaco. Las lenguas extáticas ocupan el lugar central y no Cristo. Se escuchan frases como: "ABRA SHAMA' LABA",que según estudios realizados por este investigador, provienen del idioma Hebreo bíblico. La expresión anterior se traduce: "Padre desierto León rugiente". El Padre en la Biblia es Dios, y a él se dirigen esos insultos. El desierto en la Biblia se asocia con el diablo igual que en la literatura rabínica y el diablo es el león rugiente (1 Pedro 5:8) y no Dios. Otra frase muy escuchada es: "ISHA BAZA' 'ABBA SHATAH" y en Hebreo significa: "Mujer corta en pedazos al Padre y ponlo de lado." ABBA SHAMA LA YA A significa: "Padre desierto indecente (no decente, no decoroso). Puede corroborar estas palabras en el Léxico Hebreo-Inglés de Gesenio. Andrés Jackson Davis quien nació en el año 1826 en Nueva York, hablaba el idioma Hebreo en trance perfectamente. El fue uno de los hombres más renombrados en el espiritismo en su época (Pedro A. Barbosa de la Torre. De la sombra del dogma a la luz de la razón, p. 129). Hemos podido constatar que muchas de esas frases extáticas de hoy provienen del idioma Hebreo (aunque los que las dicen las llaman lenguas angélicas) y son insultos contra Dios o frases sin sentido, propias del Espiritaco.

Es significativo notar que en la Santa Biblia, al describir al pueblo de Dios de los últimos días, no lo describe por sus dones, sino como aquellos "que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús". (Apo. 14:12)