¿Fue San Pedro el primer Papa?
{ Por Miguel Cabán }
En cierta ocasión el Divino Maestro se dirigió a sus discípulos con la siguiente pregunta: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Y ellos dijeron: Unos Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas." Luego Cristo les dice: "Y vosotros, ¿quién decís que soy?" Entonces Pedro hizo esta confesión: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente." Y el Señor añade: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, más mi Padre que está en los cielos. Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos" (San Mateo 16:13-19).
El Sacerdocio Católico Romano ha usado estas palabras de Jesús como evidencia de que el apóstol San Pedro fue el primer papa. La Jerarquía afirma que la Iglesia Católica Romana es la única Iglesia verdadera por estar edificada sobre San Pedro.
Juan A. O'Brien, sacerdote católico, dice: "La Iglesia católica fundada sobre Pedro -la roca- ha sido gobernada por los sucesores del apóstol..." "Cristo funda la iglesia sobre Pedro, el año 33." (En Busca de la Iglesia de Cristo, págs. 56 y 59. Edición del 22 de Agosto de 1962).
Pero como alguien ha dicho: "Hay que notar aquí la distinción gramatical entre el pronombre 'tú' y el adjetivo demostrativo 'esta'. Si el Señor hubiera tenido el propósito de convertir a Pedro en fundamento de su Iglesia, pudo haberle dicho: 'Tú eres Pedro', y sobre ti edificaré mi iglesia. Pero el Señor no dijo sobre ti, sino sobre esta piedra. Y el adjetivo 'esta' no se refiere a Pedro, sino a la confesión que Pedro acababa de hacer, cuando dijo: 'TU ERES EL CRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE'".
Este pasaje nos ha llegado desde el siglo primero de nuestra era en el idioma griego. El nombre de Pedro en este idioma es Petros. En este caso, dos palabras tienen sentido especial: "Tú eres Pedro (en griego Petros), y sobre esta piedra (en griego petra) edificaré mi iglesia." "Petros" significa una piedra rolliza o pedazo rodado como el que una persona podría arrojar a otra; mientras que "petra" quiere decir una piedra o roca (macisa). "Petra" es un sustantivo griego de género femenino, mas "petros" es de género masculino lo que evidencia que "petros" no es lo mismo que "petra".
¿Está la iglesia edificada Sobre San Pedro?
San Pablo, hablando de los creyentes como la iglesia, dice que somos "edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo" (Efesios 2:20). De modo que "los apóstoles", en plural, son una parte del fundamento de la iglesia cristiana, pero Jesucristo mismo, el Hijo de Dios, y no Pedro, es "la principal piedra angular". Es evidente que San Pedro es una parte del conjunto sobre el cual Dios edificó su iglesia, pero no es todo el fundamento. Podemos ver que el fundamento está constituido por Cristo y en segundo lugar por 'los apóstoles y profetas." Así dice San Pablo: "Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya ha sido puesto, el cual es Jesucristo" (1 Cor. 3:11).
La Opinión de los Padres de la Iglesia
Veamos cómo se pronunciaron los padres de la Iglesia sobre este particular (S. Mateo 16:18). Citaremos en primer lugar al célebre San Agustín de Hipona (354-430). Dice él:
"Reconozco que cuando era yo joven había enseñado que la roca era Pedro, pero sé que después, en muchísimos lugares he dicho que estas palabras deben entenderse de aquél a quien Pedro confesó, cuando dijo: 'Tú eres el Cristo el Hijo del Dios viviente' porque no le fue dicho 'tú, eres la roca', (Petra) sino, 'Tú eres Pedro', (petros)." (Retractaciones, c. 21 n.1; ML 32, 618).
San Juan Crisóstomo, en su Homilía 55 del Evangelio de San Juan, declara: "¿Qué significan las palabras: Edificaré mi iglesia sobre esta roca? Sobre esta fe, sobre esto que me dices: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo."
Lannoy, sacerdote católico, formuló una lista de las opiniones patrísticas en relación a San Mateo 16:18. Citaremos su resumen:
- 44 padres entienden que la roca es la fe que Pedro confesó.
- 17 padres entienden que la roca es Pedro.
- 16 padres entienden que la roca es el mismo Cristo.
- 8 padres entienden que la roca son todos.
- Unos pocos entienden que la roca son los mismos creyentes. (Lannoy, Epist. VII pt. 2 p. 99).
Podemos ver lo complicado y difícil que es ir tras la tradición de los padres de la Iglesia para tratar de justificar el pontificado de San Pedro, ejercido, claro está según la tradición, durante los últimos 25 años de su vida.
El apóstol San Pablo dice que los israelitas en el desierto "bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo" (1 Cor. 10:4, Reina-Val.)
Comentando este texto alguien ha dicho: "Lo que acabamos de leer se refiere a la iglesia que estaba en el desierto, y había sido establecida por Dios mismo. Y ¿quién dice allí que era la piedra? ¿Moisés o algún otro? No, Cristo era la roca. El último versículo que hemos leído afirma muy a las claras que Cristo era la roca sobre la cual descansaba la iglesia del Antiguo Testamento. Por lo tanto, si Cristo es la roca de la iglesia del Antiguo Testamento, y Pedro es la roca de la iglesia cristiana, o sea la iglesia del Nuevo Testamento, se deduce que la iglesia del Nuevo Testamento, que es la verdadera y original, es inferior a la del Antiguo Testamento, que era tan sólo una figura de la del Nuevo, porque Cristo es ciertamente superior a Pedro. Esa deducción sería contraria a la ley de la realidad y de la sombra, porque la realidad no puede ser inferior a la sombra." Jorge A. Campbell, La Victoria de María, (California: Publicaciones Interamericanas, 1965), págs. 31-33.
Las Llaves del Reino De los Cielos
Citamos el siguiente comentario del folleto "La Iglesia y su Fundamento", pág. 45:
"¿Qué significan las llaves dadas a San Pedro? En cierta ocasión, Jesús se dirigió a los fariseos y los increpó: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando' (San Mateo 23:13). Esto demuestra que los fariseos, reprochados por Cristo, tenían el poder de abrir o cerrar el camino del cielo. ¿Cómo?"
"Otro pasaje nos ayudará a comprender esto. Jesús acusó a los fariseos e intérpretes de la ley con estas palabras: '¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis' (S. Lucas 11:52). Mons. Dr. Juan Straubinger traduce en este versículo 'llave del conocimiento'.
"Resulta, pues, claro que el conocimiento de la ciencia de la salvación es la llave que abre el camino al cielo. Así también lo enseña San Pablo cuando dice: 'Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquél en el cual no han creído?' y después de hacer otras preguntas, concluye: 'Así que la fe es por el oir, y el oír por la palabra de Dios'" (Rom. 10:13-17).
"Los fariseos tuvieron esa llave antes de que existiera San Pedro; él la tuvo indudablemente y está al alcance de todo el que predica la genuina 'palabra de Dios', contenida en las Sagradas Escrituras. Tal es el magnífico alcance y justo significado de 'las llaves del reino de los cielos'". Victor E. Ampuero Matta, (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1964), pág. 45.
"Y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos..." Estas palabras no fueron dirigidas solamente a Pedro, sino a todos los discípulos (San Mateo 18:1,18). Así lo creía San Ambrosio cuando dijo: "Lo dicho a Pedro, también se dice a todos los apóstoles" (Comentario sobre Salmo 38).
Pedro no era mayor que los demás apóstoles
Ahora consideremos la siguiente interrogante: ¿Le dio Cristo al apóstol San Pedro la primacía sobre los otros apóstoles? El evangelio nos dice: "Se suscitó entre ellos (los apóstoles) una contienda sobre quién de ellos había de ser tenido por mayor" (San Lucas 22:24, N.C.). Si Cristo le hubiese dado al apóstol Pedro la primacía o jefatura cuando le dijo lo de Mateo 16:18, los apóstoles no hubiesen tenido esta discusión. ¿Y, por qué discutir una primacía ya designada?
Según Hechos 8:4 los apóstoles (en plural) enviaron a Pedro y a Juan a Samaria para predicar el evangelio. Si Pedro tenía primacía ¿por qué lo enviaron? Sabemos que el que envía es superior al enviado. Por consiguiente no era jefe.
En el año 48 de J.C. tuvo lugar el Concilio de Jerusalén y fue convocado y presidido por Santiago (Hechos 15:13). ¿Y qué hizo Pedro? Simplemente expuso su opinión al igual que sus compañeros. ¡Nada de jefatura! ¿Verdad? Además Jacobo fue el que dijo la última palabra: "Por lo cual es mi parecer..." (Versículo 19).
Jesús le dijo a sus discípulos: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos" (Juan 15:5, H.A.). Téngase en cuenta, amigo lector, que el Maestro los estaba poniendo en un mismo nivel. Pedro era un sarmiento igual que los demás.
"Jesús dijo a Simón: No temas: desde ahora pescarás hombres" (S. Luc. 5:10). Se arguye que sólo a Pedro se llama pescador de hombres. Pero si comparamos esta cita con San Mateo 4:18 y 19 encontramos que Cristo dice: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres." Aquí no hay ningún privilegio especial concedido al apóstol, pues dice "os haré" lo que indica que Cristo pluralizó lo de pescar hombres.
Algunos alegan la primacía de San Pedro, citando las palabras que le fueron dirigidas a él, cuando Cristo le dijo: "Confirma a tus hermanos" (San Luc. 22:32). Si confrontamos estas palabras con las de Hechos 15:32, veremos que no le dan primacía al apóstol, pues San Pablo, Judas y Silas confirmaban a los hermanos en diversos lugares (Hechos 15:41; 18:23).
También se quiere fundar el primado de Pedro con las siguientes palabras que le dijera Jesús: "Apacienta mis corderos. Apacienta mis ovejas" (San Juan 21:15-17). "Pero el mismo Pedro exhorta a los ancianos, en 1ra. Pedro 5:2: 'Apacentad la grey de Dios' y Pablo, en Hechos 20:28 de la misma manera exhorta a los ancianos de Éfeso 'Apacentad la iglesia de Dios'; de manera que no fue un encargo especial, dando a Pedro el primado. Los Padres antiguos enseñan que el Señor, encomendando a Pedro el cuidado de sus corderos y ovejas tres veces, le restauró públicamente a su apostolado, por haber negado a su Señor tres veces. Si la palabra 'apacentar' le dio derecho a Pedro el primado, ¿qué significaba en los otros casos mencionados?" The Faith of Our Grandfathers, pág. 37, 38.
"Sin embargo -dice un escritor- en otra parte de la Biblia, la palabra traducida 'apacienta' (Jn 21:15, 17) no aparece tener exactamente un significado tan amplio y noble como el que le asignan los eruditos católicos. Los otros siete usos de la palabra en el Nuevo Testamento se refieren a apacentar o alimentar cerdos. Por ejemplo, Lucas, al hablar del hijo pródigo, dice que el patrono del joven 'le envió a su hacienda para que apacentase cerdos' (Luc. 15:15). Es dudoso que el hijo pródigo haya entendido que esta directiva le otorgaba cierta clase de primado.
"La palabra traducida 'pastorea' significa cuidar, proteger y nutrir. Puede significar conducir, guiar y hasta gobernar. Pero no hay nada en el contexto de Juan 21:23 que pudiera indicar que Jesús le pedía a Pedro que hiciera algo más que cuidar de sus ovejas, es decir, que mostrara preocupación pastoral por los que se convertirían en cristianos.
"Las Escrituras enseñan que pastorear es una responsabilidad compartida. Pablo instruyó a los ancianos que en la iglesia local la responsabilidad de ellos era 'apacentar la iglesia del Señor' (Hechos 20:28)." [El Evangelio Según Roma, pág. 201). Para probar que Pedro era el que tenía la primacía entre los apóstoles los católicos sostienen que él fue el primer testigo de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Esto no es cierto porque la Escritura establece que Jesús apareció primero a María Magdalena (Juan 20:11-18). También apareció a un grupo de mujeres fieles antes de aparecer a Pedro (Mateo 28:8).
Muchos creen que San Pedro siempre está llamado el primero entre los apóstoles, pero tal creencia está errada. Evidencia bíblica: S. Marcos 16:7; S Juan 1:44; 1 Corintios 1:12; Gálatas 2:9.
Para probar la preeminencia de Pedro, como Jefe de los Apóstoles, los curas citan Hechos 2:14, 37, 38. Esto no tiene nada que ver con la supuesta supremacía del gran apóstol Pedro. Según Hechos 6:7-10; 7:2, Esteban estaba haciendo lo mismo. Cuando a Esteban le llega la oportunidad él predica, pero cuando le llega la oportunidad a Pedro éste lo hace. ¿Y qué podemos decir de Felipe? El pronunció grandes discursos (Hechos 8:5-12, 26) demostrando que no era prerrogativa de San Pedro. Si Pedro tenía la primacía porque se levantó con los once y en alta voz, les habló, entonces son por la misma razón, Esteban, Felipe son merecedores de esta primacía por haber dado idénticos discursos.
Se ha difundido la creencia de que el apóstol Pedro estaba en Roma, desde el año 42-46, actuando como el primer vicario de Cristo. Y ahora pregunto: ¿por qué San Pablo cuando escribió su epístola a los Romanos envía saludos a los cristianos de Roma y omite el nombre de Pedro?
Los curas alegan que el gran apóstol de los gentiles no menciona a San Pedro en sus cartas escritas desde Roma, porque se menciona a Marcos el discípulo, y ellos alegan que si estaba el discípulo estaba también el maestro.
Estando en prisión en Roma, el apóstol Pablo escribió: "Lucas solo está conmigo. Toma a Marcos, y tráele contigo; porque me es útil para el ministerio". (2 Tim. 4:11). Ahora cabe preguntar: ¿quién personalmente estando encarcelado se preocupa del ministerio en Roma donde dice estar 'solo' con Lucas? La única respuesta es San Pablo y no Pedro.
Podemos ver que Marcos y Pedro no estaban, en esta ocasión presentes en Roma, porque como dicen los curas si estaba el discípulo estaba también el maestro y nosotros agregamos que si no estaba el discípulo (Marcos), tampoco el maestro (Pedro).
Pablo, al enumerar los oficios de la iglesia menciona apóstoles, profetas, doctores, etc. (1 Corintios 12:28). ¿Será lógico que San Pablo olvidase el principal de todos los cargos eclesiásticos, es decir el de Vicario? Ese olvido sería como si algún historiador del último concilio ecuménico no mencionara al fenecido Juan XXIII.
Los llamados sucesores de Pedro permiten que la gente se postre a sus pies. San Pedro nunca lo permitió. Le dijo a Cornelio: "Levántate; yo mismo también soy hombre" (Hechos 10:25, 26). Si el apóstol fue Vicario de Cristo ¿por qué no permitió lo que permiten ahora los que se dicen ser sus sucesores? ¿Por qué?
Pedro es eclipsado por Pablo
En el folleto de Jesse C. Stevens, Was Peter the First Pope?, se lee lo siguiente:
"Si la Iglesia hubiese intentado probar que Jacobo, o Pablo, en vez de Pedro, fuese el jefe de la iglesia apostólica, hubiera podido levantar un caso de más fuerza, particularmente en lo que se refiere a Pablo. Sin embargo, Jacobo era el obispo de la iglesia de Jerusalén y esa fue la primera iglesia de los creyentes cristianos. Mas, cuando Pablo se convierte, es Pedro especialmente, quien es eclipsado en cuanto a liderato concierne. Aún en los siglos posteriores, los escritores eclesiásticos hablan de Pablo como 'el apóstol'. San Agustín dijo: 'Así que cuando se diga apóstol, si no se especifica cuál de ellos, se entenderá que es Pablo.' También Crisóstomo nos dice: 'Cuando decimos apóstol, inmediatamente pensamos en Pablo, así como cuando decimos Bautista, pensamos en Juan."
"El apóstol Pablo fue el mayor preceptor de la iglesia apostólica, no Pedro".
"El número de los escritos de Pedro en el Nuevo Testamento es casi insignificante en comparación con el de Pablo. Este, escribió 100 capítulos con 2,325 versículos. Pedro escribió tan solo 8 capítulos conteniendo estos 166 versículos."
Sucesión Apostólica
Citamos los siguientes pensamientos de la obra El Pontificado Romano, por Fidel Tercio: "Aceptando el hecho de la muerte de S. Pedro y S. Pablo en Roma, no encontramos tampoco dificultad alguna en admitir que, una vez desaparecidos del escenario romano estos dos campeones de Cristo, otros hombres fueran probablemente elegidos -quizá por ellos mismos- para dirigir la obra ya floreciente en la capital del Imperio. Existen citas patrísticas que se expresan muy claramente a este respecto, y entre las cuales sobresale esta de Ireneo que copiamos a continuación:
'Fundada ya y edificada la iglesia (de Roma), los beatísimos apóstoles entregaron el oficio del episcopado a Lino. A este sucedió Anacleto. Tras éste alcanzó el episcopado Clemente, en tercer lugar después de los apóstoles' (Eusebio, H. E. Lib. 5, cap. 6.)
"La presente cita, si en verdad no puede tomarse como una prueba a favor de la fundación de la Iglesia Romana por los santos apóstoles, si, en cambio, refuta categóricamente la teoría de que S. Pedro haya sido alguna vez su primer obispo. Lino es designado para tal oficio por los 'beatísimos apóstoles' una vez que dicha congregación había quedado ya suficientemente consolidada. La lista que da Ireneo confirma cuanto decimos: 'Lino, Anacleto, Clemente, en tercer lugar después de los apóstoles.' Nótese que no dice 'después del Apóstol' o 'después de Pedro', sino, 'de los apóstoles' (en plural), quienes a pesar de todo, no se cuentan en la lista de obispos que comienza con Lino."
"Quizá podría objetarse que el hecho de ser nombrado Lino como el primero de los obispos no quita la posibilidad de que Pedro haya ejercido tal ocupación antes de él, circunstancia que parece apoyar la cita que damos a continuación de S. Epifanio, muy utilizada por la Iglesia Romana:
'He aquí el orden de sucesión de los obispos de Roma: Pedro, Pablo, Lino, Cleto, Clemente, Evaristo, Alejandro, etc'. (Madoz, S. J. El Primado Romano, página 33).
"Con dicho texto patrístico se complica aún más la cuestión si es que los personajes que se mencionan en la presente lista fueron 'papas' como pretende la Iglesia Romana y no 'obispos' simplemente como declaran los textos de estos Padres primitivos, porque nos encontramos, entonces, con que también S. Pablo fue 'papa' conjuntamente con S. Pedro, los cuales, y en un momento oportuno, 'entregaron' este oficio a Lino según Ireneo; con lo cual viene a resultar que ya en un principio, y en la Iglesia de Roma, hubo tres papas a la vez..."
"Claro es que dicha consecuencia difícilmente podrá ser aceptada por Roma, mas no existe otra salida posible. O Pedro dimitió y transfirió su dignidad a Pablo -cosa bastante improbable- o fueron ambos quienes indistintamente ejercieron el cargo hasta que lo confiaron a Lino, quedando en este caso los dos apóstoles sujetos a las decisiones de éste, convertido en soberano pontífice..."
"Todo esto no es otra cosa que un verdadero callejón sin salida, consecuencia lógica de querer a toda costa leer 'pontificado' u 'obispado universal' donde dice simplemente 'obispo de Roma' o 'de los romanos'. De otra forma, veríase como algo totalmente lógico que Pablo, por mucho tiempo ubicado en Roma, y Pedro, presente también allí en sus últimos días probablemente, trabajaran juntos para consolidar aquella gran congregación con la autoridad de dos grandes apóstoles del Señor, y que después, en un momento señalado, cuando ya la iglesia estaba bien cimentada y sólidamente constituida, creyeran oportuno encargar a uno del episcopado, es decir, del cuidado y dirección de la congregación romana, para ellos dedicarse a otra tarea, probablemente evangelizadora, o quizá para ambos emprender el camino glorioso del martirio."
"Interpretándose, pues, los textos con la misma sencillez que ellos nos ofrecen los hechos, no tropezamos con problema alguno; mas empeñarse en forzarlos y hacerles decir 'pontífices', 'papas', etc., donde se habla sencillamente de 'obispos' locales, repetimos, no es más que crearse problemas insolubles ya desde el principio." (El Pontificado, pág. 98, 99).
Teófilo Gay, escritor de a mediados del siglo pasado, dijo: "La Sede Romana estuvo varias veces vacante, y por años a veces quedó sin un 'sucesor'. Según el historiador papista Platina, ella estuvo vacante: después de Juan III, diez meses; después de Pelagio II, siete meses; después de Gregorio I, cinco meses; después de Fabiano, once meses; después de Bonifacio II, seis meses; después de Ceferino, cuatro meses; después de Martín I, catorce meses; después de Vitaliano, cuatro meses; después de Pablo I, trece meses; después de Nicolás I, ocho años y siete meses. Además, después de Clemente IV, hubo diez y siete meses de vacancia; después de Clemente V, dos años; después de Nicolás IV, veintisiete meses. Y se pretende y habla de sucesión ininterrumpida." (Diccionario de Controversia, pág. 495, 496).
Amigo lector, no te olvides que, la iglesia Cristiana fue edificada sobre Cristo y no sobre San Pedro como lo enseña el Clero Romano.