Común e Inmundo 1era parte
{ por Rafael Montesinos }
Basado en 1 Corintios 8 y 10
Para el tiempo del apóstol Pablo, la iglesia cristiana pasó por graves peligros de apostasía. La religión pagana, con sus costumbres idolátricas, tenía cierta influencia en la iglesia. Muchos creyentes provenían de las filas de la idolatría (1 Cor. 6:9-11, 12:2). Estos al llegar a la iglesia traían estos principios paganos consigo. El apóstol les amonesta a huír de la idolatría (1 Cor. 10:14).
En estas religiones idólatras se sacrificaban los alimentos a los ídolos. Los judíos llamaban a estas carnes sacrificadas a los ídolos impuros o comunes ("KOINOS" en griego) lo cual las declaraba no aptas para el consumo según la tradición de ellos. Esto representaba un serio problema en la iglesia de Corintio pues creaba discusiones y contiendas entre los hermanos. Aunque para un creyente maduro el comer estos alimentos no significa nada, pues un ídolo nada es (1 Cor. 10:20) para otros no es así.
Según Jamieson, Fausset y Brown en su comentario Exegético y Explicativo de la Biblia: "Las porciones ofrecidas a los ídolos pertenecían en parte a los sacerdotes y en parte a los ofrecedores y se comían en las fiestas en los templos y en casas particulares y a menudo eran vendidas en los mercados; de modo que los cristianos constantemente tenían que enfrentarse ante, la tentación de aceptarlas lo que era prohibido (Números 25:2; Salmo 106:28) Era una prohibición decretada por el Concilio de Jerusalén (Hechos Caps. 15, 21, 25); sin embargo Pablo no hace alusión aquí a aquel decreto, por cuanto basa sus preceptos antes, en su propia e independiente autoridad apostólica" (Pág.376).
El tema de 1 Corintios 8, por lo tanto, es lo sacrificado a los ídolos y cómo esta práctica afectaba a algunos creyentes. "Algunos cristianos gentiles, ya sea por larga asociación de ideas, o por la conciencia mal dirigida, al comer tales viandas lo hacían sintiendo como si el ídolo fuese algo real (v. 4), el cual tuviera poder para cambiar las viandas, por el hecho de la consagración, en algo santo o profanada... después de haber profesado la fe cristiana" (lBlD). Algunos comían como sacrificado a los ídolos y su conciencia siendo débil se contaminaba (v. 7). Si no hubiesen sabido que tales alimentos fueron sacrificados a los ídolos, no les hubiese afectado su conciencia. Pero al comer sabiendo que dichos alimentos eran sacrificados ídolos y sin el consentimiento del que Pablo habla en los versículos 1-7, "ellos al comerla pecaban contra sus conciencias". Ellos no reconocían que el ídolo nada es, pues no hay más que un Dios. Por eso se les llama débiles en la fe, porque pensaban que al ser, sacrificados a los ídolos, los alimentos podían ser cambiados por la consagración a dichos ídolos. Es con relación a estos alimentos que el apóstol dice: "Si bien la comida no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos seremos más, ni porque no comamos seremos menos" (v. 8). Algunos ven aquí una autorización del apóstol para comer de todo, inclusive, lo inmundo (AKATHARTOS, en griego) cuando ese no es el tema aquí. Los tales no saben lo que dicen, no leen el versículo en su contexto inmediato.
Ahora, en el versículo nueve el apóstol le da un giro a su tema y se dirige directamente a los hermanos fuertes en la fe y libres en Cristo. Debemos tener mucho cuidado de cómo usamos la libertad que el evangelio nos confiere. En I Corintios 10:23 el apóstol dice: "Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica." Según Jamieson, el edificar, es para agradar al prójimo. El conocimiento solo dice: "Todo me es licito", el amor agrega: "Pero no todo edifica" (IBID). Edificar según el Léxico Griego de Thayer "es el acto de uno que promueve el crecimiento de otro en el conocimiento cristiano, piedad, santidad y felicidad". Para poder edificar correctamente debemos conocer la voluntad de Dios, pues es en base a esa voluntad que la verdadera edificación se efectúa. Edificar a lo humano es destruir. Es basado en ese principio que el apóstol afirma en el versículo 13: "Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner en tropiezo a mi hermano". Aquí la palabra que aparece en el texto griego original para carne es "KREA" que, según Thayer, es carne de un animal sacrificado". En este capítulo ocho de primera a los Corintios el apóstol hace claro que no es porque el ídolo sea algo, sino por la unidad y edificación del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Es esta la misma idea que él presenta en el capítulo diez del mismo libro cuando dice en el versículo 25: "De todo lo que se vende en la versículo , comed sin más averiguaciones por motivo de conciencia". En este versículo no se dice que vayas a las carnicerías y compres carne de cerdo como algunos falsos maestros enseñan. Eso no es lo que dice allí tampoco. Consideremos el contexto.
En el versículo siete dice: "Ni seáis idólatras, como algunos de ellos". En el versículo 14: "huid de la idolatría" y en los versículos 1 8-22 se contrasta la comunión con los ídolos y la comunión con Dios. Es en ese contexto que viene desde el capítulo ocho que se puede entender este versículo. Jamieson, Fausset y Brown dicen al respecto: "Si con preguntar te dieras cuenta de que fue ofrecida a ídolo, nacería en tu conciencia un escrúpulo innecesario, que de otro modo no lo hubieras tenido", (IBID, Pag. 384). Amós Binney y Daniel Steele en El Comentario Popular (Casa Nazarena de Publicaciones) dicen lo mismo (Pág. 112), que esto se refiere a los animales sacrificados a los ídolos. De la misma forma, si un incrédulo te invita a cenar "de todo lo que se os ponga delante, comed, sin más averiguaciones por motivos de conciencia" (v. 27). Aquí también los falsos profetas ven un permiso para participar de lo que Dios prohibió, pero el contexto los desenmascara como falsos maestros ya que allí también se refiere a los alimentos sacrificados a los ídolos. Pablo lo que quiere decir es que no preguntes si fue sacrificado a ídolos. Pero, "si alguien os dice: Esto fue sacrificado a los ídolos, no lo comáis" (v. 28).
Si no me abstengo de lo inmundo (AKATHARTOS) porque el Nuevo Testamento asocia estas cosas con los demonios (S. Mat.8:28-33; S. Mar. 1:21-27; Apoc. 18:2) y como creyente no puedo beber de la copa del Señor y la copa de los demonios (1 Cor. 10:21), además de la clara prohibición de 2 Corintios 6:17 donde dice; "NO TOQUEIS LO INMUNDO (AKATHARTOS) Y YO OS ACOGERE" y alguien me invita a cenar, conociendo mis convicciones, no me va a servir en la cena carnes inmundas pues sabe que me ofendería y que no como tales alimentos. Eso está claro. Por eso es que Pablo dice: Pueden comer entre tanto y cuanto no se los diga a ustedes que dichos alimentos fueron sacrificados a ídolos. El creyente tiene este principio en mente: "Así pues, ya sea que comáis, que bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Cor. 10:31).
Te invito amigo lector a que luego de aceptar a Jesús como salvador personal, le glorifiques con tus hechos y con tu alimentación.